Judías verdes, Judía verde, Habichuelas verdes, Judías de enrame, Frijol, Poroto

Phaseolus vulgaris var. vulgaris


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Fuente: INFOAGRO.COM




Nombre común o vulgar: Judías verdes, Judía verde, Habichuelas verdes, Judías de enrame, Frijol, Poroto

Nombre científico o latino: Phaseolus vulgaris var. vulgaris

Familia: Leguminosas.

Origen: Perú y América Central.

Existen variedades de judía arbustiva (enana) y trepadora (de vara, de enrame, tallos trepadores).

Se consideran judías verdes aquellas que se utilizan para ser consumidas en verde aprovechando no sólo las semillas (no muy cuajadas) sino también el ovario.

En las judías de enrame de unos 2 m, ha de colocarse un tutor de 2-2,5 m de altura para guiar su crecimiento.

El órgano de consumo corresponde al fruto inmaduro, en el cual las vainas casi han alcanzado su máximo tamaño, presentando un mínimo crecimiento de la semilla.

Es un fruto en legumbre (vaina) en cuyo interior se localizan de 4 a 6 semillas.

Las vainas se lignifican cuando cuajan definitivamente las semillas.

El aspecto exterior de las vainas cambia de una a otra variedad; pueden ser rectas, semirrectas, curvas y doblemente curvada.

La sección de la vaina puede ser plana, cordiforme, redondeada y en forma de ocho.

Las semillas pueden ser arriñonadas, ovales, redondeadas y truncadas.

Existen frutos de color verde, amarillo jaspeado de marrón o rojo sobre verde, etc., aunque los más demandados por el consumidor son los verdes y amarillos con forma tanto cilíndrica como acintada.

Variedades de judías verdes:

Pueden ser precoces, de ciclo medio y tardías.

Existen numerosas variedades de judías verdes:

Vainas verdes

- Garrafal enana (sección plana, ciclo medio, porte bajo).

- Jumbo (sección redondeada, sin hebras, grano verde claro, tamaño pequeño, ciclo medio).

- Kora (vainas ligeramente curvadas, sin hebras, grano verde claro, para industria y consumo en fresco).

- Mocha (vainas rectas, granos elípticos).

- Bobby (verdes, alargadas, redondas, grano violeta, se llaman también superviolet y superba).

- Rastra (valencianas, verde, alargadas, granos en forma de riñón).

- Herradura (vainas curvadas, se llama también Garrafal de la Hoz).

- Contender (precoz, para industria y consumo en fresco).

- Buenos Aires (vaina con sección aplanada, también se conoce con el nombre de Perona).

- Garrafal Oro (sección aplanada, hoz muy marcada, enrame).

- Perfection (sección tubular, granos aplastados).

- Holandesa (hebras, conserva).

Vainas de otros colores:

- Amarilla mantecosa (manteca, en judías, es sinónimo de color amarillo).

- Oro del Rin (sinónimo: maravilla de Venecia, vaina amarilla muy ancha y aplanada).

- Garrafal y Argel (hoz menos marcada que la de Garrafal Oro).

- Buenos Aires de vaina roja (sección aplanada, tamaño grande, vainas aplastadas).

Composición química de las judías verdes:

Agua 90%
Hidratos de carbono 5% (fibra 2, 5%)
Proteínas 2%
Lípidos 0, 2%
Sodio 10 mg/100 g
Potasio 270 mg/100 g
Calcio 40 mg/100 g
Fósforo 40 mg/100 g
Hierro 1 mg/100 g
Vitamina A 67 mg/100 g
Vitamina C 24 mg/100 g
Vitamina B1 0, 06 mg/100 g
Vitamina B2 0, 1 mg/100 g
Vitamina B3 60 microgramos /100 g

CULTIVO DE JUDÍAS VERDES

Temperaturas:

Es planta de clima húmedo y suave, dando las mejores producciones en climas cálidos.

Cuando la temperatura oscila entre 12-15ºC la vegetación es poco vigorosa y por debajo de 15ºC la mayoría de los frutos quedan en forma de "ganchillo".

Por encima de los 30ºC también aparecen deformaciones en las vainas y se produce el aborto de flores.

El cultivo no debe intentarse hasta que el suelo no esté lo suficientemente caldeado (8-10ºC).

Las habichuelas son muy vulnerables a las heladas, así que endurece las que hayas cultivado en macetas antes de trasplantarlas al exterior.

Suelo:

Aunque admite una amplia gama de suelos, los más indicados son los suelos ligeros, de textura silíceo-limosa, con buen drenaje y ricos en materia orgánica.

En suelos fuertemente arcillosos, muy calizos y demasiado salinos vegeta deficientemente, siendo muy sensible a los encharcamientos, de forma que un riego excesivo puede ser suficiente para dañar el cultivo, quedando la planta de color pajizo y achaparrada.

Los valores de pH óptimos oscilan entre 6 y 7,5, aunque en suelo enarenado s desarrolla bien con valores de hasta 8,5.

Si el suelo es ligero y arenoso, se añade una cantidad abundante de turba húmeda, abono o estiércol maduro.

Si el drenaje no es bueno se forma un cúmulo o montecito y se siembra en su parte superior.

Si el suelo es muy ácido se agrega cal.

Siembra:

En hileras de 60 cm de distancia y 20 cm entre plantas.

En judía suele realizarse la siembra directa, a razón de 2-3 semillas por golpe, que se cubrirán con 2-3 cm de tierra, o arena en suelos enarenados.

La siembra directa al exterior se inicia cuando hayan pasado las heladas.

La germinación es escasa cuando el suelo es frío, por lo que hay que esperar hasta que se caliente lo suficiente.

Hay que hacer siembras de los tipos arbustivos cada dos o tres semanas, hasta finales del estío.

Las variedades trepadoras sólo se siembran una vez, en primavera.

En las regiones donde no se producen heladas, los tipos arbustivos se pueden sembrar desde principios del otoño hasta que comienza la primavera: la última siembra deberá hacerse dos o tres meses antes de que las temperaturas medias alcancen los 27°C.

Se trazan los surcos para las especies arbustivas y las variedades trepadoras que crecen en vallas o redes, a una profundidad de 5 cm y se parados de 40 a 45 cm.

Las semillas se espacian 15 cm, se recubren de tierra y se apisona ésta un poco a continuación. Si el terreno está seco, hay que regar.

Si el cultivo es de judías trepadoras, hay que disponerlas en hileras o, en forma de trípode y separar las varas 45 cm.

Se siembran alrededor de cada una cinco o seis semillas y se dejan después los tres plantones más vigorosos de cada una.

A medida que crecen, se van retorciendo alrededor del soporte, en sentido contrario al de las agujas del reloj.

Aunque los plantones cultivados en maceta se trasplantan a veces con buenos resultados, conviene evitarlo si es posible. Por regla general, se detiene el crecimiento y se retrasa la cosecha.

Al cabo de un mes, aparecen las primeras flores blancas que pronto se convierten en las vainas.

Las variedades arbustivas se pueden sembrar durante toda la temporada, a fin de tener una cosecha continua.

En un clima frío, puede iniciarse pronto el cultivo para lo cual hacen germinar las semillas en invernadero, cuando todavía no han pasado las heladas, o se siembran bajo campana un poco después.

Las variedades enanas no necesitan soporte. Poner un acolchado de paja para mantener las vainas limpias.

Las judías germinan con rapidez (7-8 días) y dan buenas vainas.

La siembra precoz se realiza a principios de primavera, en invernadero.

A mediados de primavera se continúa con la siembra al exterior, bajo campana, para lo cual se las coloca dos semanas antes sobre el terreno, para que se caliente.

Deben escalonarse las hileras de campanas y separarse las semillas 15 cm desde el centro de las mismas. Se destapa una vez pasados todos los peligros.

Para que la recolección sea escalonada se deben hacer siembras cada 2 ó 3 semanas, hasta mediados de julio.

Riego:

Riega al menos 2 veces por semana cuando empiezan a abrir las flores.

Es una de las especies hortícolas más sensibles a la salinidad tanto del suelo como del agua de riego, sufriendo importantes mermas en la cosecha.

No obstante, el cultivo en enarenado y la aplicación del riego localizado, pueden reducir bastante este problema, aunque con ciertas limitaciones.

Para conseguir estos resultados es necesario un aporte de calcio y de magnesio más elevado de lo normal, así como mantener un nivel de humedad lo más constante posible.

Abonado o fertilización:

Si el suelo está bien preparado no suelen necesitar un tratamiento a base de abonos, ya que, igual que otras leguminosas, sus raíces desarrollan nódulos con bacterias que "fijan" el nitrógeno atmosférico en una forma utilizable por la planta. De hecho, el terreno donde se cultivan judías es más rico después que antes de la cosecha.

Acolchado:

Han de acolcharse las hileras con estiércol o abono, para estimular el crecimiento rápido, con lo cual se mantienen las raíces frescas cuando hace tiempo seco y muy cálido, y si el crecimiento es lento, se añade un abono liquido cada semana.

Entutorado:

Consiste en la colocación de un hilo, generalmente de polipropileno (rafia) que se sujeta por un extremo al tallo y por el otro al emparrillado del invernadero.

Colocando un tutor más entre cada par de plantas, aumenta la uniformidad de la masa foliar, mejorando la calidad y la producción.

Deshojado:

Se realiza en tiempo seco en plantaciones de ciclo largo cuando se prolonga el período de recolección, eliminando las hojas más viejas, siempre y cuando el cultivo esté bien formado, con abundante masa foliar y ya se haya recolectado una parte importante (1,5-2,5 kg/m2).

Esta práctica mejora la calidad y cantidad de la producción y disminuye el riesgo de enfermedades, al mejorar la ventilación y facilitar el alcance de los tratamientos fitosanitarios.

Plagas y enfermedades:

Entre las plagas que las atacan están los áfidos, chinches y ácaros de invernadero, mientras que las principales enfermedades son la antracnosis, mildiu pulverulento, diversas formas de la podredumbre de las raíces y marchitamiento, así como virosis.

Humedades relativas muy elevadas favorecen el desarrollo de enfermedades aéreas y dificultan la fecundación. Es importante que se mantenga sin excesivas oscilaciones de humedad.

Plagas de las judías verdes:

- Orugas.
- Pulgones.
- Gorgojo de las judías.
- Arañas rojas y blancas.
- Mosca blanca.
- Nematodos.

Enfermedades:

- Antracnosis (hongo).
- Roya (hongo).
- Esclerotinia (hongo) (podredumbre blanca).
- Oídio.
- Podredumbre gris.
- Podredumbre del cuello.
- Fusariosis.
- Grasa de las judías.
- Mosaicos (virosis).

Recolección:

Duración del cultivo de 70 a 90 días.

Las judías verdes tienen que ser recolectadas antes de que llegue el otoño y se lignifiquen. Esta lignificación depende del clima y de las variedades utilizadas.

Empezar a recolectar cuando las vainas alcancen unos 15 cm de largo.

No recolectar todas de una vez, sino cada 2 ó 3 días, o entre 3 y 7 días, dependiendo de la variedad y el ciclo de cultivo.

Las judías verdes que se consumen enteras se recolectan con regularidad cuando son jóvenes tienen unos 10 cm de largo, y son suculentas. Enseguida crecerán otras nuevas.

Las variedades arbustivas se cosechan unos dos meses después de la siembra y continúan su producción durante dos o tres semanas.

Las variedades de vara tardan unas dos semanas más en producir pero lo siguen haciendo durante unas cuatro semanas, siempre que se las recoja con regularidad.

Cuando ha acabado la recolección de todos los tipos, hay que arrancar las partes aéreas y dejar las raíces para que cedan al suelo sus reservas de nitrogenadas.

Si el suelo es fértil, las habichuelas pueden cultivarse año tras año en el mismo lugar con algún tipo de soporte fijo.



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